Hace algunos años, cuando trabajaba en una importante Correduría de Seguros, mi jefe y amigo, Rafael Martínez solía utilizar una expresión para referirse a los diferentes proyectos que teníamos entre manos: «Vamos a comernos el pollo poco a poco, que si no, nos atragantamos».

Y es que, a menudo, solemos acometer con un ansia desmesurada los nuevos propósitos, llevamos una marcha más de la que corresponde a nuestro ritmo biológico, provocado por una motivación extra y una visualización de una meta que nos hace sentirnos superhéroes, hasta que pasan 3 o 4 días y el pollo se nos atraganta. ¿Te ha ocurrido alguna vez comenzar con muchas ganas algo y al poco tiempo sentir que ya no tienes fuerzas para continuar?

Me gustaría que pensaras en un hábito (OBJETIVO) que quieras incorporar en tu rutina diaria. Algo en lo que quieras mejorar, algún detalle de tu vida personal, familiar o profesional que si lo lograras incorporar a tu agenda diaria en su «versión mejorada» sería beneficioso tanto para ti como para los que te rodean.

Imagina que has pensado algo así: «Mejorar la relación con mi hijo», «Apuntarme a Pilates» o «Ser más constante».

Lo normal que ocurre es que cuando pegas un post it en el frigorífico con este objetivo ¡y lo cumples! te sientes genial porque tu felicidad está supeditada a la consecución de esa meta, pero no está preparada para las curvas que van a venir por el camino, porque no pensaste en el proceso sino sólo en el destino final, por eso al final desistes de ir más al gimnasio y sigues desesperada con tu hijo.

En lugar de centrarte en un objetivo tan grande te invito a que cojas papel y boli, te sientes un lugar cómodo y realices conmigo los siguientes pasos:

TOMA CONSCIENCIA DE TU OBJETIVO: Anota en el centro de un folio blanco el objetivo que tienes en mente, lo que de verdad te preocupa y quieres lograr, las necesidades reales que tienes de conseguirlo y los inconvenientes que puedes tener a lo largo del proceso. Procura sintetizar todos esos pensamientos en una sola frase que resuma tu reto. Que no te asuste, lo importante es que ya le has puesto cara. Ya sabes a lo que te enfrentas, ahora solo resta encontrar la estrategia adecuada. Siguiendo con el ejemplo, aquí pondrías «Mejorar la relación con mi hijo» por ejemplo.

EL PARA QUÉ DE TU OBJETIVO: Ahora que ya sabes lo que quieres lograr, sube un peldaño más en la conquista de tu meta y pregúntate ¿para qué quieres lograr ese objetivo? Al menos háztela dos veces la misma pregunta. Como verás tu objetivo ya no será ir al gimnasio o mejorar la relación con tu hijo, sino que habrá variado. Cuando tengas la respuesta, anota en el folio las distintas respuestas que te vayas dando, como si fuera un mapa conceptual, con el objetivo en el centro de la hoja y con colores diferentes puedes ir marcando las diferentes variantes que has descubierto. En nuestro ejemplo, ¿para qué quiero mejorar la relación con mi hijo? A lo mejor para tener mejor comunicación con él. ¿Y para qué quiero tener mejor comunicación con él? Se me ocurre que para divertirme más. Por tanto, mi objetivo al hacerme estas dos preguntas ha pasado de «mejorar la relación con mi hijo» a «divertirme más con mi hijo». Sigamos…

ANOTAR SUBMETAS: Este es un paso fundamental. Desglosa el objetivo que te haya salido (Divertirte más con tu hijo) en 2-3 pequeñas submetas, que representan el proceso que has de recorrer hasta llegar con éxito hasta el final. Lo importante es que durante todo este camino no te faltará la motivación, ya que estarás dando pequeños pasos, muy importantes que te llevarán a implantar ese hábito que necesitas en tu vida diaria. Es decir, qué cosas tengo que hacer para divertirme más con mi hijo: pensarlas y anotarlas.

VACIAR ANTES QUE LLENAR: Por eso es bueno que antes de centrarte en lo que quieres hacer, pienses en esas cosas que quieres dejar de lado, palabras que no vas a decir más, costumbres que vas a erradicar y malos usos que ya no van en la línea con la nueva persona que estás construyendo. No caigas en el mismo error y plantéate cosas sencillas de cumplir, ya que eso hará que sigas confiando en tus posibilidades. En nuestro ejemplo, antes de comenzar a poner en marcha la batería de cosas divertidas para hacer, comienza a quitar las malas hierbas primero, así será más fácil que crezcan las nuevas semillas.

INTEGRAR DE FORMA DIVERTIDA: Anota en un pos it la primera submeta que has pensado, esa cosa divertida que tienes pensado hacer para conectar con tu hijo y céntrate solo en ella durante 3 semanas, que es el tiempo que va a invertir tu cerebro en integrar un nuevo hábito. En este tiempo tu foco de atención estará solo en este post it, da igual que otros detalles no estén saliendo bien o que haya aspectos a mejorar. Ahora es el momento de integrar este nuevo hábito a tu vida y hacerlo de la forma más amena y divertida que se te ocurra. Por ejemplo, pudiste escribir en el post it: «Aprovechar la comida para contar alguna cosa divertida en familia». Durante esas 3 semanas céntrate en ese detalle, trabaja la escucha activa durante la comida, la atención, la presencia efectiva y afectiva y olvídate de todas las cosas que por seguro quieres mejorar y que estás observando mientras comes. Procura que la comida sea la mejor parte del día.

RECOMPENSA Y DISFRUTE: Cuando esté integrado el hábito (21 días) celébralo con algo que de verdad te guste, con algo que te suponga un placer exquisito y que te sirva de recompensa para la constancia mostrada en estos días. A continuación, escribe una nueva submeta en otro post it y pégatelo en el frigo, en el coche, en la frente, donde quieras. Lo importante es que las próximas 3 semanas lo conviertas en tu mantra, en tu objetivo principal y que sea el segundo hábito que vayas a integrar. Porque recuerda que uno ya lo tienes adquirido y lo estás disfrutando. Cuando te des cuenta, semana a semana estarás adquiriendo nuevos hábitos sin darte cuenta, casi sin esfuerzo y habrás sobrepasado ese objetivo inicial que te marcaste en un principio.

Espero que te haya sido de utilidad y puedas empezar hoy mismo a integrar un nuevo hábito en tu vida. ¿Te apuntas al reto?

¡Un abrazo y espero tus comentarios!

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